Las elecciones presidenciales son oportunidades para generar cambios políticos y sociales en un país. Los partidos políticos usan canciones para difundir sus puntos de vista y generar solidaridad en torno a los candidatos.
Esta práctica no es nueva. Históricamente, hay registros de la primera canción utilizada en un contexto político, que data del año 1789, titulada Follow Washington, la cual está relacionada con el nombramiento del primer presidente de Estados Unidos, George Washington.
El uso de la música en las campañas presidenciales ha continuado hasta hoy. Los publicistas de las campañas la emplean para anuncios televisivos, reuniones propagandísticas, convenciones y mucho más. Algunos candidatos van más allá, creando sus propias playlists (listas de reproducción) en plataformas musicales.1
Durante este tiempo crucial, algunos músicos famosos se identifican con los candidatos políticos, arrastrando a cientos de votantes. Diversos géneros musicales se ponen en escena con el objetivo de apelar a las personas de acuerdo con sus preferencias musicales.
Es innegable que la música es un elemento importante a considerar durante las elecciones políticas. Su influencia sobre el comportamiento de las personas y la sociedad a través de la historia la convierte en una herramienta poderosa para generar aliados e inspirar a los votantes.
Reflexionando sobre este tema, podemos concluir que…
La música es persuasiva, pero no determinante. En la actualidad, hay suficiente evidencia sobre la influencia de la música en los individuos y en la sociedad (ver artículo “La Música no es Neutral”). Es válido identificarse con la música que promueve el patriotismo y, bajo su influencia y euforia, sentirse incentivado a votar, pero esta no debe ser la principal motivación. Procurar el bienestar del país y la sociedad debería ser nuestro mayor objetivo.
Votamos por pólizas, no por candidatos. Las preferencias musicales de un candidato presidencial no deberían influir en nuestra decisión en las urnas. En otras palabras, no deberíamos elegir a un candidato porque usó en su campaña ‘mi canción favorita’ o porque es fan de mi ‘grupo musical o artista favorito’. Seguir esta tendencia sería engañarnos a nosotros mismos. Debemos tomarnos el tiempo de investigar, leer y comparar las plataformas de cada partido y escrutarlas a la luz de la Biblia. Eso hará que nuestra decisión esté fundamentada en hechos concretos y principios sólidos. Como cristianos, debemos orar por los candidatos, sus campañas respectivas, y la nación.
En la Biblia, encontramos ejemplos de gobernantes que iniciaron sus períodos al son de la música: la proclamación de Salomón como rey (1 Reyes 1:38-40), y la proclamación de Joás como rey (2 Reyes 11:13-14). En esas ocasiones, el pueblo se unió para cantar y celebrar. Siempre que se elige al líder correcto, aquel que procura el bien de la nación, hay alegría en el país y los ciudadanos celebran.
Seas del grupo que prefiere no involucrarse en temas políticos, o de los más activos defensores de cualquier partido, recuerda que tus decisiones en este asunto afectarán, para bien o para mal, tu nación. Dios aconseja lo siguiente: “Busquen el bienestar de la ciudad a la que los he enviado y oren por ella al SEÑOR, porque el bienestar de ustedes depende del bienestar de ella.” (Jeremías 29:7, Versión Palabra de Dios para Todos)
1 Diaz, D. (2015, June 13). Hillary Clinton releases Spotify Playlist | CNN politics. CNN. https://www.cnn.com/2015/06/13/politics/election-2016-hillary-clinton-spotify-playlist/index.html